Pasado el mediodia llegamos a Muine (autobús 108 dongs, 4 euros), conocida por su desiertos de dunas blancas y rojas.
Después de buscar alojamiento e instalarnos decidimos darnos un bañete en la piscina del hotel dejando que la tormenta que en ese momento estaba cayendo nos mojara aún más.
De Muine destacamos sus dunas y poco más. Hay muchísimos resorts de lujo y la playa no es para tirar cohetes, aunque es buen sitio para los deportes acuáticos como el surf o el kitesurf, pero a que precios!!!
Se puede visitar las plantaciones de dragon fruit (fruta de la pasión) a las que no fuimos capaces de llegar y tras perdernos varias veces y quedarnos tirados sin gasolina… decidimos no ir a ver las frutitas…
Una mañana tempranito nos fuimos a ver que tal estaban las “fairy streams”. Las fotos hablan por si solas. Es un riachuelillo que al seguir su curso te va dejando ver las montañas de arena rojiza que al juntarse con el agua forman barro… y ya sabéis que nosotros… donde hay barro… jajaja. Aprovechando que era muy temprano y que no había nadie alrededor nos despojamos de la ropa y nos dimos un barruzón.
Y eso es todo por aquí, muchos momentos de meditación, de tranquilidad…
Mañana nos volvemos al bullicio de la ciudad y veremos que nos depara Saigón.
E-Mail: unpaseilloporelmundo@hotmail.com
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